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El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, votó este domingo para elegir a su sucesor preocupado por la situación económica que lega su gobierno, con un abultado déficit fiscal.

"El principal problema, tal y como lo he venido diciendo sin cansancio los últimos tres años y medio, es el déficit fiscal y su combinación con la deuda", declaró Solís al llegar a votar en el Colegio México, en el este de la capital.

Datos publicados por el Banco Central la última semana indican que el déficit fiscal alcanzó 6,2% del producto interno bruto (PIB) en 2017, el más alto de la historia, mientras que el saldo de la deuda llegó a 65,1% del PIB.



Solís denunció que en la campaña electoral se ha tratado el problema del déficit fiscal como algo nuevo, cuando los últimos cuatro gobiernos han intentado sin éxito aprobar una reforma fiscal para hacerle frente.

"Es necesario que la democracia se renueve", dijo el mandatario, quien llegó al centro de votación acompañado de familiares y asesores, y llamó a votar para "elegir un gobierno mejor que el mío, un presidente mejor que yo".

El presidente votó en un ambiente distendido, sin presencia visible de seguridad, y aprovechó para saludar a otros electores y a los activistas que pedían votos por los partidos que disputan la presidencia.



Solís fue el primer presidente elegido por el centrista Partido Acción Ciudadana, que en la actual contienda postula a su exministro de Trabajo, Carlos Alvarado.